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Música y Poesía

Campanas

TOCAR DOBLES

Para tocar a dobles se sujeta la maroma de la campana por encima de la cabeza y se bajan los brazos hasta la cintura, luego se deja que la fuerza del badajo te suba suavemente las manos, respiras y vuelves a tirar. Si no tienes suficiente fuerza colocas las manos a la altura del cuello y doblas el cuerpo en ángulo recto, con la fuerza del toque la maroma te pondrá recto. La campana tiene que llorar, pero el sonido no se debe ni cortar ni arrebatar.

Se toca a dobles para anunciar una muerte, en este caso se puede diferenciar si es hombre o mujer, en el primer caso, al final, se deja extinguir por completo el sonido y se dan tres toques de campana, en el segundo caso solo dos.

 

Este toque también acompaña hasta la misma puerta del cementerio al difunto, su sonido acalla conversaciones inoportunas, cubre tu llanto si quieres llorar y llora por ti si no puedes hacerlo, son unos 20 minutos aproximadamente.

 

Con la campana grande también se llama al pueblo, cuando hay un incendio, hay que tocar deprisa ahogando un tañido con otro, se llamaba a arrebato o al menos así me lo contaron a mí.

Con las dos campanas a la vez se toca a gloria, se necesitan varias personas porque con la fuerza de la maroma hay que conseguir que se balanceen como si fueran dos campanillas.

La campana pequeña con su badajo pesa 200 kilos y la grande 500.

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Campanario

(Fotografía de Yolanda Temprado)

LAS CAMPANAS Y LA NIEVE

Hace años la nieve no era un acontecimiento para celebrar. La ventisca formaba dunas de más de un metro de profundidad, se borraban los caminos y se perdía la orientación. No era posible quedarse en casa porque el ganado puede aguantar sin comer, pero si está dos días sin beber se muere. No beben nieve así es que había que abrir el camino hasta las fuentes.

 

Por las tardes con la campana grande se tocaba para que pudieran regresar a casa. Son tres toques, como los de dobles, pero se espera hasta que el sonido se extinga por completo hasta dar el siguiente. Si estás perdido cuando escuchas el primer toque te paras y esperas al siguiente para saber la dirección, el tercero te confirma el camino. El campanero espera un poco para que el caminante avance unos veinte metros y luego vuelve a tocar. Según iban llegando al pueblo, los que estaban en el campo, avisaban al que estaba tocando para que dejara de tocar. La campana de Armallones se oye hasta el rio Tajo.

LA BARAJA

La Baraja era un cantar que se entonaba en Semana Santa: 

Si queréis oír, señores, La Barajilla explicar,
abrir los ojos del alma, que os la voy a principiar:

En el As yo considero, yo considero en el as,
como dios es trino y uno, en él no puede haber más.

En el Dos yo considero, al ver tan grande belleza,
que sólo el verbo divino tuvo dos naturalezas.

En el Tres yo considero una cosa cierta y clara,
las tres personas distintas de la Trinidad Sagrada.

En el Cuatro considero, aunque lo veo de lejos,
las verdades que nos dice mi Dios y sus Evangelios.

En el Cinco considero, y siempre considerando, 
las cinco llagas de Cristo: pies, manos y costados.

En el Seis yo considero, al ver carta tan hermosa,
toda Pasión de Cristo angustiada y dolorosa. 

En el Siete considero, esta me sirva de guía,
en la Pasión de Cristo, los Dolores de María.

En la Sota considero aquella cruz, infeliz mujer,
que de la fruta vedada a Adán se la dio de comer.

En el Caballo contemplo corrido y avergonzado,
va vestido por la Gracia, desnudo por el Pecado.

En el Rey yo considero, hombre de tanto saber,
siendo rey del Cielo y Tierra obligase a padecer.

Los Naipes de la baraja se juegan de varios modos,
la Gloria que aquí cantamos, allá nos veamos todos.

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Baraja española

(Imagen de revrewbox.com.mx)

LAS SIETE PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ

Viernes Santo, "qué dolor..."

Inspiró crucificado
Cristo, nuestro Redentor, 
mas antes dijo angustiado
Siete Palabras de amor:

La Primera fue rogar
por sus propios enemigos,
¡oh, caridad singular!
que los que fueron testigos,
mucho les hizo admirar.

La Segunda, un ladrón hizo
su petición especial,
lo que Jesús satisfizo
diciéndole "hoy té verás
conmigo en el paraíso".

A su Madre la Tercera
Palabra le dirigió
,
diciéndole recibiera
por hijo a Juan y añadió
que él por madre la tuviera.

La Cuarta a su padre amado
dirigió con afecto pío,
mas viéndose tan angustiado,
dijo "Dios mío, Dios mío,
¿por qué me habéis desamparado?"

La Quinta estaba sediento,
por estar tan angustiado,
dijo casi sin aliento:
"sed tengo", y le fue dado
miel y vinagre al momento.

La Sexta habiendo acabado
y plenamente cumplido
todo lo profetizado,
dijo muy enternecido
"ya está todo consumido". 

La Séptima, con fervor,
su espíritu entrega en manos

del Padre con amor
de esta manera, cristianos,
murió nuestro Redentor.

Por las angustias y penas
que padeciste, Jesús,
en las moradas eternas
deseamos ver tu luz.

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Jesús en la Cruz
(Imagen de tiempodeesperanza.net)

LOS MAYOS A LA VIRGEN

Gracias a Dios que ha llegado,
gracias a Dios que llegó
a la puerta de la Iglesia
donde yo me bauticé.

A esta puerta hemos llegado
con contento y alegría.
Bendito alabado sea

dulce nombre de María.

Sacramento, sacramento,
sacramento del altar
donde fuiste concebida
sin pecado original.

La licencia fieles,
ya la tienen dada 
para que vosotros
me pintéis de gala.

Tu frente, Señora,
relumbrante espejo;
el que se mira en ella,
cierto tiene el premio.

Tus ojos, Señora, 
son de cristal claro,
que san José al verlos
se quedó prendido.

Tu boca es tan dulce
que el Rey de la Gracia
pide beneficios
para vuestras almas.

Tu vientre, Señora,
cristalino cielo

en donde encarnó
el divino verbo.

Ya te hemos pintado

todas tus acciones,
sólo falta el mayo
que te las adorne.

Recibid, Señora, 
por esposo y mayo
san José bendito,
que es nuestro abogado.

Me despido de la Iglesia,
y también de la Sacristía.
y de ti no me despido,
Virgen Sagrada María.

Me despido de la Iglesia,
de las gradas del altar,
y de ti no me despido
Virgen de la Natividad.

Me despido de la Iglesia,
y también del campanario,
y de ti no me despido,
Virgen Santa del Rosario.

Me despido de la Iglesia,

de los cerrojos y las llaves,
y de ti no me despido
Virgen Santísima del Carmen. 


Me despido de la Iglesia,
de la pililla de agua,
y de ti no me despido
San Antonio de Padua.

Me despido de la Iglesia,
de las gradas del altar,
y de ti no me despido,
Virgen Santa del Pilar.

 

Me despido de la Iglesia,
de sus cerrojos y aldabas,
y de ti no me despido,
Cristo de las Cinco Llagas.


Me despido de la Iglesia,
y también de agasajo,
y de ti no me despido,
Santo Cristo del Trabajo.

Ya os doy la despedida,
la que Cristo, hecho en Belén,
quien nos ha juntado aquí,
nos junte en el cielo, amén.

 

LOS MAYOS A LAS MOZAS

A esta puerta hemos llegado,
a ver si nos dan licencia
para pintarte los mayos
de los pies a la cabeza.

 

Cuando no contestas
ni nos dices nada,
es porque tenemos
la licencia dada.


Empiezo por la cabeza,
adornada de cabellos,
encanto de tu hermosura,
encanto de tus mancebos.


Ese es tu cabello,
son madejas de oro,
que cuando te lo peinas,
se te enreda todo.

Tu frente espaciosa
es campo de guerra,
donde el rey cumplido,
plantó su bandera
de ramos y flores
que a tu cama llegan.

Esas son tus cejas,
son tan arqueadas,
con el arcoíris
están comparadas.


Ésas, tus pestañas,
son dos picaportes,
que cuando tú los cierras,
siento yo los golpes.

Esos son tus ojos, 
son dos luces claras
que de noche alumbran
a mi esperanzas.


Tu nariz aguda,
como filo espada,
que los corazones
sin sentir los pasa.


Ésas, tus mejillas,
tan recoloradas,
que parecen rosas
del cielo bajadas.

Ésas, tus orejas,
con esos pendientes,
cadenas y grillos, 
para mí son fuertes.

Tu cara risueña,
tus dientes de fino nácar.
Tus labios cuando los cierras,
parecen broches de plata.

El hoyo que tienes
en esa barbilla,
sepultura y caja
para el alma mía.

Ésa, tu garganta,
tan clara y tan bella,
que el agua que bebes
se te aclara en ella.

Ésos son tus pechos,
son dos fuentes claras,
donde yo bebiera
si tú me dejaras. 


Ésos son tus brazos
de la mar morena,
que rigen y guían
a los marineros.


Ésos son tus dedos,
cargados de anillos,
grillos y cadenas
para mi presidio.

Tu cintura, un mimbre,
criada en el río,
todos van a verte,
jardín tan florido.

Tu vientre, madama,
es una arboleda,
que a los nueve meses
cría fruta nueva.

Ya vamos llegando
a partes vedadas,
donde no podemos
dar señas claras.

Ésos son tus muslos,
son de oro macizo,
donde se sostiene
todo tu artificio.

Ésas, tus rodillas,

hincadas en la tierra.
Qué dichoso suelo, 
que a besarlo llegan.


Tus ligas son verdes
sin poder negarlo, 
donde se mantiene
tu hermosura y garbo. 


Zapatilla verde,
la media encarnada,
bonita es la niña,
pero bien pintada.

Ya te hemos pintado
todas tus acciones,
sólo falta el mayo
que te las adorne.

 

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