Las Fuentecillas
Asociación cultural de Armallones
Industria de Armallones
En Armallones se han desarrollado diversos tipos de actividades económicas que han conformado sus industrias a lo largo del tiempo.
SALINAS
En Armallones existió una mina de sal llamada La Estrella. En ella se practicaba la extracción de sal para su comercialización. De éstas salinas viene el nombre de la localidad, pues podemos encontrar un paralelismo etimológico con Salinas de Armallá, en el municipio de Tierzo, que viene del árabe «al-mallaha» («salina»). El cloruro de sodio antiguamente era vital para la conservación de los alimentos, ya que los deshidrata evitando que aparezcan organismos como el moho, estropeando los recursos. Además, muchos de los trabajos antiguamente se pagaban con sal, y de ahí viene la palabra «salario». Las Salinas de La Estrella eran explotadas por Cándido Arralde, el mismo que explotaba las de La Inesperada en Ocentejo. Además, se habla de la existencia de un pozo de sal, pero nadie sabe con exactitud dónde se encuentra, aunque por etimología podría situarse en el Pozo de Armallones o cerca de él, ya que el topónimo sigue guardando relación con «al-mallaha».
Salinas
(Imagen de istockphoto.com)
Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara
Número 77, Año 1894 junio 27
Exportaciones y Exposiciones de Viena y Filadelfia
Armallones, junto con otros municipios de la provincia de Guadalajara, tuvo presencia en las Exposiciones Universales de Viena (1873) y Filadelfia (1876), donde se promocionaron productos característicos del lugar, como fueron la resina (pez blanca y negra), el aguarrás, el incienso y la miel virgen. La fábrica de resina trabajaba por fuego directo y era explotada por Celedonio Herraiz, con una capacidad de producción de 168.000 kilogramos, pero según se recoge en el año 1950, sólo producía 89.757 kilogramos de miera destilada.
Fabricantes de aguarrás, según Indicador de España y sus posesiones ultramarinos del año 1864:
Juan Angel
Gertrudis Casavaños
Justo Embiz
Pascual Gallega puede ser Gallego
Gabriel Gómez
Zacarias Gómez
Tomás González
Benigno Gonzalo
Marcos Gonzalo
Juan Ibáñez
Mariano Ibáñez
Vicente Ibáñez
Antonio López
Eulogio López
Isabel Molina
Damaso Molinero
Geronimo Plaza
Silverio Salgado
La fábrica de aguardiente era propiedad de Elisardo Ibáñez y Pedro Ibáñez; los herreros eran Pedro Velasco y Francisco Herranz; un estanco a nombre de Evaristo Navarro; los vinos y licores eran comercializados de mano de Gerónimo de la Llana, Estanislao Molina y Julián Vergara; mientras que el molino estaba explotado por Juan M. Morales.
Los arrieros eran los encargados de comerciar los bienes producidos en Armallones. Se conoce de cuatro de ellos que partían con aceite, trementina, y pez griega a la ciudad de Bilbao, y regresaban con pescado.
Ánfora, vidrio soplado y pinzado,
El Recuenco, siglo XVII,
Museo Arqueológico Nacional de España
VIDRIO
Según recoge Cecilia María José Sánchez Moreno, investigadora local de El Recuenco, en su obra La fabricación del vidrio en El Recuenco: una industria olvidada, Armallones en el siglo XVI gozaba de afamada tradición vidriera, y en 1779 Manuel Antonio López Aragón estableció unos hornos a gran escala. En 1803, los vidrieros Joaquín Ruiz Dorado de El Recuenco y Juan Navajas de Madrid solicitaron abrir una fábrica en esta localidad.
Tirso Moreno también apunta a la existencia de esta fábrica de vidrio armallonera en el artículo «Rescatada del pasado la industria del vidrio de un pequeño pueblo de Cuenca» escrito por Paco Auñón en Cadena SER Cuenca el 17 de enero de 2024, en el cual también se especifica que estas tierras eran propicias para la existencia de este tipo de industria gracias a la arena, la cal y la leña que podemos encontrar en las inmediaciones de estos núcleos rurales.
GANCHERÍA
El Gobierno Civil de la provincia de Guadalajara (en concreto el Gobernador, Antonio Alcalá Galiano), con arreglo a lo dispuesto en la Real orden de 20 de octubre de 1858, autorizó a Zacarías García, vecino de Armallones, para conducir a flote por el río Tajo las maderas procedentes de una subasta de 1.000 pinos en término de esta Provincia. La circular que recoge esta autorización nos permite saber que en Armallones, como en muchos otros lugares del Alto Tajo, también se practicaba la ganchería, que consistía en la conducción sobre de troncos de madera flotando por el río Tajo para sacarlos generalmente en Aranjuez y comerciarse desde la capital, Madrid.
Cabe a destacar que los gancheros tenían miedo al transportar la maderada por las aguas del Tajo a su paso por el término de Armallones por su peligrosidad. De hecho algunos de ellos perecieron en sus aguas y están enterrados en el cementerio municipal de Armallones.
Ganchero
(Imagen de guadapress.es)