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CELTÍBEROS

Descubre dónde y cómo pudieron ubicarse los celtíberos en el entorno de Armallones desde el año 1.300 a.e.c. hasta el final de las Guerras Celtíberas en el 133 a.e.c.

LA INFLUENCIA CELTA​

En el territorio del actual del Alto Tajo habitaban durante la edad de los metales algunos grupos indígenas como los lusones, los arévacos, los bellos o los titos, siendo el primer pueblo el que sea más probable según las indicaciones de los textos de Estrabón,​ que los sitúa en Luzón y Luzaga extendiéndose hacia las fuentes del río Tajo. Estos cuatro pueblos pertenecían al área cultural de los celtíberos, grupos de humanos autóctonos influenciados por la segunda oleada de migración de la cultura celta del norte de la Península hacia las cuencas del Ebro y el Tajo cerca del año 650 a.C., siendo finalmente entre los años 600 y 550 a.C. cuando los belgas desde el río Jalón celtizaron a los lusones y los arévacos.

 

Finalmente, desde el siglo VI hasta el I a.C. proliferarían los castros en el territorio. Son las tradiciones celtas las que han quedado en la cultura popular de la actualidad pelaya, en numerosas ocasiones asimiladas por la Iglesia para facilitar la inclusión de su cultura en el territorio o explicar el origen de lugares que ya nadie recuerda. Los lusones, arévacos, titos y bellos basaban su actividad económica en la agricultura (olivo, cebada y cereales), en la ganadería (cabras, cerdos y ovejas) y la industria textil con la fabricación de sayos. Los belgas del río Jalón aportaron a estas poblaciones el desarrollo de la metalurgia, incluyendo la fabricación de armas de hierro y rituales guerreros.

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Celtíberos en el Alto Tajo, imagen generada por IA.

(copilot.microsoft.com)

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Los Casarutos / Los Casaricios

(Fotografía de Juan José Estrada Martínez)

CASTROS CELTÍBEROS​

Cabe la posibilidad de que Los Casarutos, un lugar en ruinas en los bosques entre Armallones y Huertapelayo, sea un gran castro celtíbero. En un primer vistazo superficial con expertos de la Universidad de Alcalá de Henares (Ignacio Triguero y Joaquín Gómez-Pantoja), se barajó la posibilidad de que fuese un recinto fortificado de la Edad del Hierro. A falta del más estudios que profundicen sobre este lugar, cabe destacar que se encuentra sobre el relieve más alto dentro del límite de Huertapelayo, por lo tanto es de los que mayor altitud tiene en su zona. Los celtíberos situaban sus castros fortificados en los lugares más altos como estrategia defensiva contra los enemigos, además, esta zona es rica en pozos con los que abastecerse de agua.

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